El calzado ideal
Hasta el primer año de vida, los zapatos sólo sirven para calentar y proteger los pies. Pero, a partir de esta edad, el niño empieza a dar sus primeros pasos y es importante contar con un calzado que le garantice un buen caminar, sin problemas como dolores musculares, entumecimientos o ampollas. Por ello, se recomienda que la elección del calzado respete la anatomía del pie; Fabricada con materiales flexibles, ligeros y transpirables (cuero, lona, tela), pero con suela rígida para favorecer el equilibrio.
¿Cómo funciona el caminar?
Caminar sigue un ritmo similar en todos. Se divide en seis movimientos diferentes, sin embargo, no siempre es así. Algunas personas, debido a su tipo de pie, pueden desarrollar formas de caminar más complejas. Los tipos de pies que existen son:
- Pie con arco plano.
- Pie con arco normal.
- Pie con arco elevado.
Así, cada persona cambia su forma de caminar en función del pie, responsable de la movilidad, que impacta contra el suelo. Posiciones del pie al inclinarse, para repartir el peso, al tocar el suelo:
- Supinación: Normal en Pies con arco alto. La parte exterior del talón golpea el suelo en un ángulo mayor, con poca o ninguna inclinación hacia adentro, lo que resulta en una enorme transición de impacto a través de la pata delantera.
- Neutro: Normal en pies con arco normal. El pie descansa sobre la parte exterior del talón y luego se inclina hacia adentro para absorber el impacto y soportar la peor parte.
- Pronación: Normal en pies con arco plano. El pie descansa en la parte exterior del talón, luego se inclina demasiado hacia adentro, transfiriendo el peso hacia afuera y no hacia la planta del pie. Puede provocar lesiones como calambres en las piernas, fascitis plantar e incluso juanetes.
La elección
A la hora de elegir los zapatos, recuerda que no deben limitar el movimiento de tus pies. En caso de duda, toma ambos extremos del zapato y gíralo para ver qué tan maleable es. No se pretende que de un momento a otro cambies todas tus zapatillas, ni que empieces a correr con un calzado minimalista, ya que sería una experiencia dolorosa. Pero siempre que sea posible, ¡debes optar por caminar o entrenar descalzo si tienes la posibilidad! Ya sean zapatillas, botas o calzado deportivo, el mercado se ha adaptado a estas diferentes situaciones, creando excelentes soluciones para cada una de ellas. Debemos estar especialmente atentos a estas características:
- Amortiguación: adecuada para el paso supinador.
- Control de estabilidad: apto para paso neutro.
- Control de movimiento: adecuado para el escalón del pronador.
¿Utilizas las zapatillas ideales para entrenar?
¿Piensas generalmente en las zapatillas que utilizas para entrenar, correr,…? Si la respuesta es “no”, le animamos a considerar la pregunta. El pie es una estructura muy compleja, con muchos huesos y articulaciones que se mueven de forma concreta y en un tiempo determinado. Siempre que pones el pie en el suelo, se deben activar muchos músculos para que la absorción del impacto sea más eficiente. El uso de calzado inadecuado limita el proceso anterior, lo que genera una tensión excesiva en otras articulaciones que puede provocar molestias, dolor o incluso lesiones.
Ejemplos
Una elección incorrecta puede provocar lesiones en el cuerpo. Las zapatillas con suela baja y recta destacan frente a las más altas para realizar ejercicios que requieren una mayor estabilidad del pie, como los ejercicios de musculación. Debido a su suela fina, este tipo de zapatillas son una buena opción para ejercicios como levantamiento de pesas y sentadillas. Otro ejemplo son los zapatos para ejercicios aeróbicos, que deben ser resistentes y flexibles. La suela de las zapatillas debe ser de un material de alta calidad, resistente al desgaste y capaz de absorber impactos.
En definitiva, es fundamental que elegir tu par de zapatos ideal te ayude a adaptarte a las actividades que tienes que realizar y sea muy beneficioso para tu salud. ¡Considere el costo-beneficio! A la hora de elegir calzado, en la medida de lo posible, evita guiarte únicamente por el precio más bajo. En cambio, evalúe el costo-beneficio, considerando sus características, así como la calidad y soporte ofrecido. Elegir calzado de baja calidad puede perjudicar tu bienestar, además de reducir tu rendimiento en el entrenamiento y provocar problemas de salud a largo plazo.
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